
Este cuento de los frijoles mágicos cuando era pequeña me encantaba, era algo sorprendente sembrar frijoles en algodón y esperar ver crecer la plantita, así que imaginar que había algunos que eran mágicos y llegaban al cielo era una idea que hacia volar mi imaginación, así pues pensando en este cuento caí en la idea que Daniel es uno de esos frijolitos mágicos, por que bueno pensar que de dos semillitas crece una personita, es tan mágico como ese cuento. Lo curioso de esta historia es que aun que veo a Daniel todo el tiempo y no pierdo detalle de sus cambios es sorprendente verlo, por que me pregunto ¿en verdad salio de mi? ¿cómo es que se desarrollo una personita tan perfecta, practicamente de la nada? en verdad la vida es un misterio maravilloso que me tiene maravillada (valga la rebusnancía), al ver esas manitas, esos ojos,esa sonrisa; cuando veo como va desarrollando cada uno de sus sentidos y el empeño que pone en hacer cosas, como intentar coger los objetos, tratar de sentarse, reconocer sus manos y pies; Sí, tiene solo tres meses y no es un periodo largo de tiempo para todo lo que ha evolucionado, no quiero ni pensar en lo que va a cambiar de aqui a un año, así que he llegado a la conclusión de que Daniel es mi frijol mágico que cuando duerme se desarrolla de forma sorprendente y mágica.